Hay quienes se desaniman por los mayores costos que pueden tener los alimentos orgánicos, mientras que otros son escépticos acerca de si lo que se les está ofreciendo es verdaderamente ecológico u orgánico.
En realidad la comida orgánica no es tan cara como muchos piensan, mientras que los órganos que supervisan y certifican los este tipo de productos tienen criterios y normas muy estrictas de control, por lo que los clientes pueden estar seguros de que si llevan los sellos correspondientes, realmente están recibiendo lo que eligen.
“El interés en los productos alimenticios ecológicos ha aumentado constantemente durante los últimos años, ya que éstos resultan mucho más saludables, pero la mayoría de las personas todavía piensa que consumir productos orgánicos es caro.”
Antes de eso vamos a ver algo súper importante: La diferencias entre orgánico y convencional
La principal diferencia entre los alimentos orgánicos y los convencionales son los productos químicos implicados en la producción y procesamiento de los segundos, dado que las prácticas de producción de alimentos convencionales conllevan el uso de una serie de productos químicos que tienen un efecto devastador sobre el medio ambiente.
Por otra parte los residuos de estas sustancias químicas en los productos alimenticios tienen efectos dudosos sobre la salud humana, por lo que han sido y son, motivo de sendos estudios por parte de los investigadores médicos y especialistas en nutrición, lo cual si es extremandamente costoso.
De todos los productos alimenticios que se ofrecen hoy en los mercados del mundo, incluyendo los que contienen residuos de pesticidas, antibióticos, hormonas de crecimiento y otros tipos de productos químicos que se utilizan durante su producción y procesamiento, se dice que son ¡¡"seguros"!!
En general no se publicitan los informes sobre las personas que hayan podido enfermar por comer alimentos cultivados convencionalmente, sin embargo es importante tener en cuenta que los efectos de muchas de estas sustancias químicas en el organismo humano a largo plazo siguen siendo desconocidos, salvo por los estragos que causa el Glifosato y algunos más que suelen tener muchos de los alimentos que se consumen habitualmente.
Lo que resulta más preocupante es que algunas organizaciones de la salud (tanto a nivel nacional como mundial) recomienden a los padres que elijan productos alimenticios orgánicos para sus hijos, bajo la justificación de que los más pequeños son más vulnerables a los efectos de los pesticidas que los adultos. ¡Ops!
Esta “sugerencia” hace que la gente se pregunte si los residuos de estas sustancias químicas que quedan indefectiblemente en los productos alimenticios son realmente tan inocuos como en general nos pretenden hacer creer.
Los alimentos orgánicos virtualmente suprimen el riesgo de contener residuos químicos porque deben pasar un control estricto, que verifique que no se emplea ningún tipo de productos químicos y/o sintéticos en todas las etapas de la producción, lo que hace que este tipo de comida resulte mucho más sana y además respetuosa con el Medio Ambiente.
Esto último se debe a que el uso de los diversos métodos de producción naturales eliminan el riesgo de contaminación de los suelos y las aguas y ayudan a preservar la biodiversidad y la vida silvestre, que ya se han visto seriamente afectadas por las acciones del ser humano, principalmente a causa de la urbanización y la agricultura intensiva.
La agricultura orgánica también mejora el bienestar de los animales, porque las granjas orgánicas están obligadas a mantenerlos en determinado entorno donde se les debe proporcionar por ejemplo acceso a la luz del sol y al aire libre y donde no se emplean antibióticos ni medicación de origen químico.
Por otro lado, los alimentos orgánicos ayudan a reducir las emisiones de dióxido de carbono y a combatir el cambio climático global, ya que se venden principalmente a nivel local, por lo que se eliminan los gastos extra y la contaminación que se origina en el transporte, como sucede con los convencionales.
Los alimentos orgánicos pueden tener costos algo mayores que los producidos convencionalmente, pero hay que saber diferenciar entre valor y precio.
Es posible que se pague menos por los alimentos convencionales, pero si se toma en cuenta el efecto perjudicial de las prácticas de su producción en el medio ambiente y los costos accesorios, los alimentos orgánicos son en realidad más baratos.
En cuanto a la calidad de los alimentos de origen ecológico, es indudable que aportan más nutrientes y no tienen consecuencias en la salud de las personas, en cambio los convencionales pueden ser riesgosos para su consumo, en especial a plazos largos.
Quienes han probado los alimentos orgánicos pueden dar fe de que el sabor es completamente diferente, ya que carecen de ceras para que brillen, de conservantes o colorantes artificiales, etc. y por tanto tienen el gusto que les corresponde tener de manera natural y espontánea.
Una reflexión final
Cuando se elijan productos ecológicos u orgánicos piense en que considera usted "caro", piense también en que opta por una distribución de los recursos mucho más equitativa. Así que a la hora de decantarse por ellos o por los convencionales, es importante poner en la balanza no solo el dinero que cuestan, sino los beneficios adicionales para nuestra salud y la del Medio Ambiente, que son mucho mayores que unos dólares de diferencia por kilo.
De econoticias.com El periódico verde.
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